El presente y futuro de los maestros de educación básica en servicio perfila como una trayectoria triada la relación institucional con proyectos de trabajo donde el colectivo profesional, padres de familia y estudiantes desde sus realidades concretas diversifiquen, comprendan e interactúen participando en el bien común de  la comunidad.

 

 La autonomía profesional fortalece los procesos de enseñanza-aprendizaje, transformando la intervención docente donde la práctica ofrece al alumnado propuestas de trabajo que respondan a su realidad, a sus necesidades e intereses; que les proporcionan herramientas de pensamiento y acción en el contexto actual en el que se desenvuelven.

​

La era en la que vivimos,  la orientación, el acompañamiento académico presencial  y virtual en aspectos metodológicos, en resolución de problemas, en situaciones de aprendizajes, en contenidos  y experiencias  es necesario, por la complejidad y el dinamismo de la sociedad.

 

La corresponsabilidad, la coparticipación en los procesos formativos, en los proyectos educativos, en los  mecanismos y estrategias  son posibles , son necesarias por los estilos y modo de vida actuales.

 

Es posible imaginar, crear y aprender, como condición para la emancipación de niñas, niños y adolescentes,  promoviendo una formación integral, así como situar los procesos formativos en los contextos en los que aprenden nuestras alumnas y nuestros alumnos.

​

Hagamos el cambio.

​ 

​

​ 

​ 

​ 

​ 

​